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El ataque de las palomas

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Les dicen ratas con alas pero de alguna manera son simpáticas, te vuelan la cabeza y espantan  a las mujeres asquientas. Andan en manada y sólo quieren comida. Algunas han sufrido mutaciones y deformidades, pero todas se mueven en masa, como un sólo cuerpo, un tapete móvil y ondeande de plumas sucias y polvorientas, un pavimento vivo que de arriba hacia abajo respira y flamea, de arriba hacia bajo, de arriba hacia abajo y de pronto se desintegra, y una a una salen en todas las direcciones espantadas por sonidos, pisotones o temblores. Es que el piso es tan gris y esa plaza es tan dura. Es que la gran planicie es un mar monumental, al igual que las fachadas amarillas que verticalmente  la conforman. Te sientes como un extraño, diminuto, insignificante. No te das cuenta y llegan expertos que te cuentan cuáles son los santos de la catedral y quiénes fundaron la ciudad. Y siempre quieren una moneda, porque ahí trabajan, ahí viven. Al igual que las palomas son los habitantes de la Plaza, que te llenan de preguntas y te venden su comida en bolsa. Y les tiras el maíz y llegan todas, asquerosas, a comer degeneradamente, a rodearte, abrazarte, tocarte, volarte, respirarte, cosquillearte, atraparte, erizarte, acariciarte, palparte, contactarte, alcanzarte, tantearte, manosearte, chocarte, estrellarte, pulsarte, sobarte, confinarte, limitarte, achucharte, toquetearte, golpearte o simplemente rozarte. Asco. Algunos las adoran, otros las ignoran. Unos caminan con ellas, otros las pisotean. Muchos pagan unas monedas y sus cuerpos visten con ellas. Y la plaza dura ya no es dura, es blanda, vibrante. De lejos y de cerca constantemente gris y móvil, pero blanda-dura-blanda-dura-blanda-dura porque se mueven y a veces dejan vacíos y en esos vacíos aparece el cemento y el sucio ladrillo. Y llega un turista y se vuelve un punto en esa enorme plaza sin jerarquías, un desencadenador de aleteos y torpes vuelos. Una sola persona resulta ser el foco, un nodo que desenlaza todo. Caminas tranquilamente y vienen todas, te atacan, te golpean, te persiguen. Quieren comida, quieren consumir, quieren seguir siendo sucias. Y sus mutaciones son el resultado de la ciudad, del caos ambiental, de los mil y un vendedores que día a día las alimentan, de tus desechos, del uso que tú le das a la capital . Qué blanditas que son, qué feítas, qué invasión, qué asco. Y caminas por la Séptima unas cuadras más allá y te las vuelves a encontrar, esta vez atravesadas y espantadas por el rodar de las bicicletas, por los puntudos tacones, por las sillas de ruedas. Se trepan a los árboles, pero en masa regresan, y te siguen si un sánduche llevas. Otros pasos más allá y te las vuelves a encontrar, palomas-tapete, palomas-maiz, palomas-persona, palomas-turista feliz. Y ella se reía, y los niños la rodeaban y felices con las palomas saltaban. Los policías más que una foto le hacían, y se divertían y otros grupos lo mismo hacían. Asco, plumas sucias, mojadas, insectos, comida, alas, media-pata, y una que otra paloma estripada. Ratas con alas, torpes, superficie de la ciudad. ¿Y que  tan seguido es posible ver cómo el piso se desintegra volando y llega a las fachadas? Gris hacia arriba, y hacia abajo, hacia los dinteles y columnas, hacia las cornizas y las torres, hacia los campanarios y espadañas. Palomas aquí, palomas allá. Aire, aleteo, ciudad. Aire, aleteo, edificio. Aire, aleteo, personas. Aire, aleteo, los músicos. Aire, aleteo, café. Aire, aleteo, almojabanas. Aire, aleteo, canelazo. Aire, aleteo, iglesia. Aire, aleteo, manotazo. Aire, aleteo, burbujas. Aire, aleteo, tizas. Aire, aleteo, ventana. Aire, aleteo, señor. Aire, aleteo, niños. Aire, aleteo, ¡Cuidado!

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More than human actors

The technological objects that compose the body of the urban actors of 'La Séptima' are the result of the creative process of the popular cultures that react to the necessity of finding a way to subsist in the city. The integration of their bodies with these objects is a political response to the lack of the 'top'-classes' intention to create an infrastructure that could receive and integrate the heterogeneity of the population in the socioeconomic system. Dwellers of this pedestrian street incorporate an endless variety of artifacts, whose main aim is to provide to the human bodies an extension of their restricted possibilities. Humans in 'La Séptima' are more-than-humans. They are working nomad-machines, popular-cyborgs with complex and specific feelings and desires. La Séptima is then, a a place of 'cyborg citizenship', a community of trans-human communities held together by an extraordinary range of objects of political communion (Gandy 2005, in Amin 2007).

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According to Amin and Thrift, the city should be embraced as a "machinic order composed of a multitude of objects-in relation whose silent rhythm instantiates and regulations all aspects of urban life. " (Amin, 2007, p. 110) This machine of bodies in relation regulates and directs urban life through  a silent rhythm. A urban 'techno-structure'  is the 'life-support' of the city (Gandy, 2005 in Amin, 2008), working with intentionality, with a 'technological unconscious with interactional intelligence' (Thrift, 2005b in Amin, 2008). Consequently, the human body is not an autonomous and closed ensemble, but a whole conformed by different bodies whose experience makes more intense the consciousness of our desires. The city is a force and intensity field of passions that demands particular responses from this whole of bodies working together. The main sources of intensity of actions in the city are the human body acting through unconscious behaviors, improvisation and discourses; the objects whose effective presence evokes passions, creates coherent time-spaces and remains in the collective imaginary of urban actors; and the biological kingdom whose members are adapted to urban life and belong to the ensemble of bodies. (Amin & Thrift, 2002) In addition, Bruno Latour states that the social should be read as the field of 'associative connections that involve all manner of actors and intermediaries, human and non-human.' (Latour, 2005 in Amin, 2007). Public space is then a social entity, where 'social' cannot be defined only as the 'human' also as the 'non-human'.

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